Jacob Hanna, un biólogo palestino del Instituto Weizmann de Ciencias, ha desarrollado estructuras similares a embriones humanos utilizando células de la piel reprogramadas. Aunque enfrenta dilemas éticos, Hanna defiende su investigación, que busca avanzar en el conocimiento del desarrollo humano y generar células para trasplantes personalizados. Para evitar controversias, propone crear modelos sin corazón ni cerebro, asegurando que estos no serían considerados humanos completos. También reflexiona sobre las implicaciones éticas y filosóficas de su trabajo en el contexto de su identidad palestina y su experiencia en Israel.